miércoles, 3 de octubre de 2012

JERGA LIMEÑA: “NIÑITAS” Y 'ANIÑADOS' A HIGUAÍN Y MESSI.


Por Manuel Araníbar Luna

Niña

Aunque esta palabra no tiene necesariamente que ver con el fútbol, saltó a los titulares de los diarios a raíz de las expresiones del marcador de la selección peruana Carlos Zambrano refiriéndose a Messi e  Higuaín, de quienes dijo




“…Se quejaban de todo y de la fuerte marca; lo que pasa es que son unas niñitas y no les gusta que los traten así”



Esta palabra –niñitas- de Carlos Zambrano -a la vez de definir la palabra- desenterró un antiguo peruanismo casi olvidado desde las épocas escolares al mencionar


“se quejaban de todo y se tiraban al piso”


Niña, o aniñado. Describe al caprichoso, al melindroso, a quien actúa por remilgos, a quien acusa de lo mínimo a todos, a quien no tiene los suficientes argumentos para defenderse sólo, a quien busca la ayuda de alguien con mayor poder para enfrentar a la persona con quien no puede hacerlo solo. 


Siempre fue una palabra usada por varones contra varones, tanto en la escuela como en el barrio, para calificar a quien se queja y acusa de lo mínimo a sus compañeros ante el profesor. 

Ahora bien, hay una pequeña diferencia entre niña y aniñado.


'Aniñado' es alguien proclive a quejarse, es el niño o adolescente con excesivo apego a sus padres, en especial a su mamá. El aniñado es temeroso de efectuar aventuras y travesuras callejeras (nos estamos refiriendo a niños y adolescentes).


'Niña' es el delator, el cobarde, el pusilánime, el caprichoso. A nivel barrial es quien recurre a sus padres para solucionar cualquier conflicto. A nivel escolar es quien delata a sus compañeros, sea él o no el ofendido.


Ya por la década de los sesenta el verbo ‘aniñarse’ se empezó a utilizar en la jerga del hampa. Ojo que quien “se aniñaba” era considerado un delincuente terco, que no daba su brazo a torcer, que se negaba a declararse culpable o señalar a sus compinches. Ojo que el verbo ‘aniñarse’ entre delincuentes no era afín a ‘niña’ o ‘aniñado’. Lógicamente, por ser término rufianesco, rápidamente cayó en desuso.
Ejemplo

“Los rayas lo catanearon a forro pero el Loco se aniñó” : los detectives lo torturaron fuertemente pero el Loco se negó a confesar el delito.

De esta frase, junto al verbo aniñarse extraemos tres términos replaneros.


Raya. Investigador policial sin uniforme. Antiguamente se les llamaba “tira” o “tirante”. Después el término pasó a rati, raya, rayado, Ray Ban, Ray Barreto. Cuando los miembros de la PIP son más de uno se les llama la rayería. Y en los setenta al ‘raya’ empezó a llamársele ‘ratón’. (En una próxima entrega hablaremos de esta última palabra y su relación con la terminología delincuencial neoyorquina en un tema de Cheo Feliciano). 


Catana. Golpiza. En términos futboleros se dice de una goleada apabullante o de un triunfo claro, sin atenuantes. Se refiere también a la tortura efectuada por policías a los delincuentes para forzarlos a declarar un delito o a delatar a sus compinches. Catanear. Pegar a una persona contundentemente. “Aguantar catana”, resistir una tortura policial, esta frase tenía el mismo significado que aniñarse.


A forro. Al extremo, intensamente, fuertemente, superlativamente, en gran cantidad. “Se prende a forro”: fuma PBC en grandes cantidades. 

Otros significados

Llamarle niña un adulto a otro es, además, tildarlo de afeminado. Ignoramos cómo lo habrán tomado los famosos futbolistas Higuaín y Messi, pero en el Perú es término peyorativo.

Pero, además, entre mujeres, ser o estar ‘niña’ equivalía a estar virgen. No es del caso, además,  averiguar la virginidad de ambos futbolistas. Cierta vez escuché a una vecina decir  esto:

“Mi hermano le dio una pateadura por decirle a todo el mundo que yo ya no estaba niña, que ya conocía hombre”.

Es necesario desligar la palabra ‘niña’ de la jerga limeña. Yo no la calificaría como jerga sino como limeñismo.


Veamos, jerga es una variante de un idioma usada con frecuencia por distintos grupos sociales con el propósito de ocultar el verdadero significado de sus palabras. 


Cuando calificamos a alguien de ‘niña’, evidentemente no estamos tratando de ocultar ningún significado. Todo lo contrario, el término es bastante explícito.

Importante aclaración 

El firmante de este artículo no es lingüista ni pretende serlo. Los términos expuestos aquí han sido vertidos y escuchados en escuelas fiscales y calles chalacas. Ignoramos si figuran en algún libro de jerga criolla, de lingüística o de peruanismos. 

Son más que todo una contribución para un compendio más detallado y actualizado de peruanismos, limeñismos o jerga criolla. Invito a estudiosos y lingüistas a debatir y/o ampliar los argumentos expuestos aquí.






2 comentarios:

  1. estoy de acuerdo con usted,los que es conocido y hablado por todos en un pais ya no es jerga o replana.

    Ojo que a la catana hoy le dicen "dar una chiquita". eso no le quita argumentos. la jerga cambia.

    Esperamos más artículos como este porque a ese señor Julio Hevia que ha publicado un libro dizque de jerga, tiene buenas intenciones pero le falta una tremenda calle, se ha quedado en la reverenda vereda.

    ResponderEliminar
  2. Mis felicitaciones amigo Manuel, Más que entretenida, la perorata en que se explaya usted, incide en palabras del léxico diario sin basarse en estudios de lingüística. el cronista escribe sin ínfulas de estudioso sino por experiencia vivida.

    ResponderEliminar