Por Manuel Araníbar
Luna
La Rana René, el Loco
Rebelde y el Escorpión
Nadie pensaría que estos tres
caracteres tienen muchos puntos en común en un arquero: la inocente ternura de
la rana René, el repentismo y el libre albedrío de un loco y el venenoso taco
del escorpión; los tres caracteres se encierran y apretujan en el perfil de un
solo personaje llamado René Higuita.
Para los locos no hay
reglas..
Este
loquito de cabello alborotado era un loco impredecible que persistía en
desafiar las costumbres y romper los reglamentos, llamados "sentido
común" o "Tablas de la Ley". Hiperactivo y rebelde, iconoclasta
y bonachón, René se resistía a seguir los cánones establecidos por los serios
ingleses en el balompié: arcos de tal tamaño, camisetas y medias del mismo
color, cancha de tanto por tanto, ciega obediencia al del silbato, reglas del
offside y la cresta del gallo, etc... y para qué seguir.
"No",
decía la Rana René, "me quieren malograr el postre. Allí en Medellín soy
más feliz jugando sin zapatos ni camisas, con dos piedras como arcos, y
cambiando al puesto que yo quiera cuando me dé la gana". Y haciéndole una
obscena higa al DT y los árbitros, el Loquito de los tres palos entraba a la
cancha a jugar con su propio reglamento que contenía un solo decreto: "Para
los locos no hay reglas".
Que viva la libertad de
los locos...
El
Loco hacía lo que quería y hacía feliz a la gente. Ese era su mejor pago. Pero
los dueños del negocio no quieren show. Mejor dicho, establecen un show que
obedezca sus propias reglas, lo cual significaba atar con camisa de fuerza y un
par de grilletes a René, un arquero que no acepta límites porque aprendió a leer
en un colegio sin puertas, y la única regla que reconoció es la regla para
hacer líneas rectas en sus cuadernos de escuela.
"¡Viva
la libertad!", dijo René. Pero esto les pateaba el hígado a los
conformistas, a los beatos, a los nerds, llamados en Colombia pilos, nerdos,
ñoños o laminos, quienes lo llamaban irresponsable. Claro, sí, loco
irresponsable pero loco bueno, y amigo de los amigos. Muchos de los
conformistas 'responsables' venden a un amigo en nombre de las tablas de la ley
de los cuerdos. Y aunque pasó un tiempo entre rejas, no lo pudieron domesticar.
Los pájaros nacen libres. Las jaulas son su tumba. A su felicidad le llaman
locura.
Y
bienaventurados los locos como Higuita porque ellos serán la envidia de los
cuerdos (CONTINUARÁ)
No hay comentarios:
Publicar un comentario