lunes, 1 de agosto de 2011

URRETAVISCAYA: LO SACAN DE PEÑAROL POR SU APELLIDO

Por: Manuel Araníbar Luna
manuel.aranibarluna@gmail.com
Si, sufre mucho por haber perdido la final de Peñarol contra el Santos. Pero además ha recibido la noticia de que lo sacan del equipo aurinegro.
Apenas finalizado el partido con Santos, los cobardes directivos , al tanto de la furia que embargaba a los aurinegros,  en vez de encaminarse al camarín a compartir desdichas, envian a un inexperto emisario con la triste noticia. El emisario ingresa al camarín donde llama al Jonathan Urretaviscaya a un costado para informarle que tiene órdenes de rescindirle el contrato.
¾    Ah, este, este…tú eres Uretra, creo y Vizcacha tu segundo apellido. Lindo apellido, ji ji ji.
¾    Urretaviscaya, no te confundás. Y tampoco me gusta tu risita.
¾    ¿Vizcacha?
¾    Urretaviscaya todo junto. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Y para qué me buscás?. ¿Sos periodista?
¾    Ya te lo digo, me ha enviado el presidente del club. Pero decime vos, ¿cómo firmás?
¾    Con lapicero, como todo el mundo.
¾    Ji ji ji, qué bueno el chiste, pero esto es serio, por favor firmá.
¾    ¿Qué voy a firmar?
¾    Tu carta de despido.
¾    Yo no firmo un carajo.
¾    De acuerdo. Entonces haceme el favor de enviar una nota firmada por vos en la que les decís que no firmas ningún despido
¾    Yo firmo así (se demoró siete minutos, mientras el emisario esperaba impaciente).
¾    ¿Qué escribís, la lista de los treinta y tres? ¿No puedes hacer una rubrica? ¿Un garabato y punto? – dijo el nervioso enviado.
¾    No, porque mi viejo siempre me dijo que no me avergüence de mi apellido.
¾    ¿Y eso que tiene que ver? Una rúbrica es algo personal.
¾    Si, pero no. Yo firmo mi apellido completo con todas sus letras, y si me ordenan lo contrario no firmo  nada.
¾    Pero entendé, botija.
¾    Yo me llamo Jonathan, so pedazo de mortadela.
¾    Okey, Yo - yo - Jonathan.
¾    ¿Qué querés comigo bufarón. Querés camorra?
¾    Entendé chiquilín, te pongo un ejemplo: si a Chilabert le dicen Chila, y a Burruchaga le dicenn el Burro, por qué no te dejás llamar Uretra?
¾    Urretaviscaya, so pedazo de trolo. A la próxima te parto la dentadura.
¾    Pero es postiza.
¾    Mucho más fácil, te la hago tragar.
¾    Es que la orden es que acortés tu apellido. Podrías ser Urreta, o solamente Vizcaya. O sino haces una mezcla entre el primero y  lo último. Podrías ser Urraya. Mirá que a Butragueño le dicen el Buitre.
¾    Okay, ¿cómo te apellidas tú?
¾    Mariño Picón.
¾    Entonces , con ese criterio a vos te deben llamar maricón.
¾    Ji ji ji, qué gracioso. Mirá las cosas son así. Tengo órdenes de rescindirte el contrato si no modificas tu apellido en la casaquilla. Y todo esto es por marketing. Tu apellido empieza en la espalda de la camiseta y termina en el pecho. Además el escudo tenemos que subirlo un poquito para que entren todas tus letras. Y la publicidad tenemos que ponerla bien debajo de tu espalda, ya casi por la cintura. ¿Y qué patrocinadores nos van a contratar? ¿Los editores de silabarios? ¿Las revistas de crucigramas? Para lo único que sirve una publicidad ahí en la parte baja de la espalda sería para sólo dos cosas: para supositorios. En cambio si acortas tu apellido… por ahí, podemos enganchar con un laboratorio de esos que venden medicinas para la próstata. Y , mucho más acertado, para combatir la uretritis, ji ji ji.
¾    ¡Uretritis un carajo! Deja de cargarme el dado, bufarón. Yo no recorto nada. Porqué mejor no te recortás el apellido vos.
¾    Es que yo no soy  futbolista.
¾    Pero bien que te comés las comisiones de nuestros contratos.
¾    Oh, qué buena broma, chiquilín. Ji ji ji , qué estupendo chiste.
¾    Mirá que no lo digo en chiste. Te estoy cantando las cuarenta en tu cara.
¾    Y bien, olvidemos esta pequeña broma, botija. Pero qué ingenioso sos vos para inventar chistes. Esteee,  en ese caso tendríamos que poner el nombre  con letras pequeñísimas, las cuales no las va a poder leer nadie.
¾    Por mí que no se vea mi apellido. Lo que me interesa es jugar y no lo que escriban en la espalda . Ah, y de pasada, que no me pongan ninguna numeración tampoco. Así el árbitro no me va a poder identificar.
¾    Pero si de eso se  trata. Todos debemos tener un número y el nombre.
¾    Ya me tenés con uno hinchado y el otro por reventar. Y por qué no te lo pones vos donde termina tu espalda.
¾    Pero es que además hay otra cosa. La barra jamás te va a ovacionar. Imagínate nomás, chiquilín, cómo los barristas van a sufrir para cantarte:
¡Olé olé olá, Urretaviscaya  Urretaviscaya! El cantito no va a pegar, pues, Uretrita.
Bueno, el emisario Mariño Picón está en el hospital con traumatismos múltiples. El mismo Jonathan ha llevado un cartelito y lo ha pegado en pared de su cabecera. Ahí se lee.
“Se llamaba Mariño Picón, hoy se llama Maricón. Al primero que arranque ese letrero le daré una paliza igual”.
Hoy el Jonathan, como buen yorugua mezclado con vasco,  más terco que una mula, promete casarse con la hija de un gran jugador, el vasquito  Olarticoechea, para que sus apellidos sean un tren de letras. Imagínate, viejo, que a su primer hijo se le bautice como Nabucodonosor Hermógenes Urretaviscaya Olarticoechea.
De la maternidad lo van a soltar al chiquilín como NN. Y mucho peor, se queda analfabeto por que no lo van a recibir en el colegio por falta de espacio en la libreta.