viernes, 23 de mayo de 2014

La pelota de trapo y los potreros

Por Manuel Araníbar Luna.
La pelota de trapo…
Los primeros encuentros con la pelota en nuestra lejana infancia fueron en último patio del inmenso callejón de nuestra primera infancia.
 Húmedos y hongosos ladrillos King Kong fueron los primeros arcos, y los encuentros eran de uno contra uno. Los vecinos del callejón se molestaban por los golpes a sus puertas hechos por la pobre y humilde pelota de trapo, la cual, se confeccionaba con todo tipo de medias (de nylon de la tía solterona, de educación física de los hermanos mayores, añadiéndole  una pelotita de Jacks en el centro para darle algo de rebote y haciéndole el lazo final con pasadores que llamábamos ‘culo de gallina’.
Para alivio de los vecinos del callejón, pocos años más tarde peloteábamos por las destrozadas veredas de la cuadra. Ya los postes de alumbrado público nos servían  de vallas y la cantidad de jugadores se incrementó a cuatro contra cuatro. Igualmente el conjunto de vecinos furiosos se incrementó al mismo ritmo que los percances: los destrozos eran contra vidrios de ventanas y vitrinas de juguerías y bodegas.
Los potreros.
Cuando la cuadra quedó chica debido al desarrollo de la adolescencia tuvimos que cambiar de escenario de la pelota a los antiguos potreros (llamados también pampones) a los alrededores de antiguas ruinas incaicas conocidas como huacas: por fin hallamos la libertad para patear la antigua pelota de cuero con pichina que saltaba entre las huellas de antiguos surcos de sembríos. Y todo sin la preocupación de romper ningún vidrio, correr sin ataduras de ninguna clase, gritar groserías capaces de enrojecer a las tías solteronas, torciéndonos los tobillos o embarrándonos en los charcos de regadío.
Hoy los versos del poeta José Cantero Verni nos han retrotraído las inolvidables épocas de la escuela primaria. Se nos han juntado tantos recuerdos que vamos a tener que soltarlos de a pocos…
(Continuará).

QUE VUELVAN LOS POTREROS
Por José Cantero Verni

Que vuelvan los potreros, que vuelvan a la carga
detrás de la pelota, gritando cada gol,
tejiendo mil historias con sueños que del alma
desnudan esa garra de fútbol e ilusión.

Que vuelvan los potreros jugando a cielo abierto
mostrando la gambeta que encara sin pudor,
con esa camiseta que tiene el sentimiento
sin pagas y sin sueldos, a puro corazón.

Que vuelvan los potreros que vuelvan a pintarnos
desbordes de punteros mostrando ese color,
de un viaje sin boleto que entrega el entusiasmo
corriendo hacia los arcos sin dar explicación.

Que vuelvan los potreros surcando el infinito
el fútbol en la sangre cantando de emoción,
soltando ese romance que vibra en los latidos
que agita los sentidos y enciende la pasión.

Que vuelvan los potreros que vuelvan con el fútbol
que traigan su frescura, su toque y diversión,
que vuelvan cara sucias mostrándonos el rumbo
y jueguen con orgullo hasta el último sudor.

lunes, 19 de mayo de 2014

"QUE VUELVAN LOS WINES"

Los versos del poeta José Cantero Verni nos remontaron a épocas gloriosas en  que los wines -o punteros- corrían como trombas por las bandas abriendo trocha, dribleando a rivales como troncos, disparando centros precisos o misiles a ras de piso para que la metiera cualquiera con sólo tocarla. Quién no recuerda la picardía de Garrincha, Baylón, Muñante y  Jairzinho por la derecha, y por la izquierda al Jet Alberto Gallardo, Juan Seminario y J. J. Muñante, por mencionar sólo a algunas figuras de los álbumes del recuerdo. Hoy se juega diferente. Hoy los 'punteros mentirosos' y los carrileros los han mandado al baúl de los recuerdos. No obstante, Cantero los ha sacado del baúl, los ha desempolvado y nos los ha mostrado en versos. Es que Cantero los extraña. Nosotros también.

"QUE VUELVAN LOS WINES"

Por José Cantero Verni

Que vuelvan los wines corriendo en el viento
que traigan gambetas con gritos de gol,
que pinten de fiesta a cada momento
el alma y los sueños a puro pulmón.

Que vuelvan los wines con toda su historia
con piques certeros mostrando ese don,
soltando el aliento en pos de la gloria,
al pie la pelota con gran decisión.

Que vuelvan los wines dejando en los ojos
desbordes eternos de luz y color,
el fiel sentimiento corriendo a su antojo
con fintas de oro entrando en acción.

Que vuelvan los wines, que suenen trompetas
que arranquen suspiros latiendo en la voz,
que enciendan el ritmo de viejas leyendas
con toques de orquesta de inmensa pasión.

Que vuelvan los wines volando en la raya
siguiendo el impulso que da el corazón,
que pinten de fútbol, la vida y las canchas
con centros al área en gritos de gol.