Los espectadores
que acuden al circo quedan pasmados al observar la destreza de los
equilibristas para mantenerse arriba de la cuerda. Muchos piensan
que tarde o temprano, algún día la caída será un hecho aduciendo que nadie
puede mantenerse así eternamente.
En paralelo,
algunos inescrupulosos vendedores callejeros de comida, por ejemplo chanfainita, mantienen calientes las
inmensas ollas de esta comida criolla durante todo el santo día. Pero al final
de la jornada no se deshacen de las sobras, simplemente botan las papas, lavan
el bofe y lo sazonan para meterlo nuevamente a la olla; al día siguiente otra
vez la venden como comida fresca.
Una chanfainita recalentada...
Pero quienes conocemos
esas abominables prácticas, sabemos que algún momento, ¡zas!, se va
a malograr todo junto, lo nuevo con lo de ayer.
Desde hace muchos
años la FIFA y a la Conmebol se están balanceando en el aire como equilibristas
borrachos a punto de caer, mientras en el interior de estos entes las cosas se
mantienen como la chanfainita recalentada. Es cosa de tiempo que los
equilibristas caigan. Asimismo, de la dichosa olla de chanfainita ya están emanando
vapores con olor a podrido.
Sus árbitros son el
bofe.
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