Por Manuel Araníbar Luna
Con el paso de los años, los padres nos convertimos
en filósofos de la vida, narradores de anécdotas
propias y ajenas, y cada día nos ponemos más renegones y más metiches.
Renegamos
por todo, nos metemos en todo, criticamos todo, discutimos de todo, Y para
colmo, nos creemos dueños de la verdad. Somos los sabelotodo de fútbol, de política, de comidas, de cine, de
TV… ¡y hasta de vóley sin conocer bien las reglas!.
Creemos que los hijos e hijas siguen siendo
criaturas y los tratamos como tales. Nos convertimos en consejeros sin que nadie nos lo pida. Y en
casa soltamos frases y consejos que
aburren a nuestros hijos como si les hablara el Hermano Pablo o el cura de la parroquia.
Pero créanme, con los años nuestros hijos educarán a nuestros nietos con las mismas frases que
escuchamos desde niños y que hoy estamos
mencionando como un homenaje a nuestros viejos. Presten atención y digan si
nunca han escuchado estas frases de los
maestros del hogar:
1.
Siempre
quise ser como él,
Compartir
su ejemplo a diario,
y en
cuanto a su anecdotario
fue un
maestro de nivel.
Ya
grandes, vimos que él
No fue
perfecto tampoco:
partió
jarros, quemó focos,
artefactos
rompió muchos;
dejó
regados sus puchos,
lanzó
carajos (no pocos).
2.
Mi padre me repetía
ejemplos, normas, consejos.
Su cantaleta de viejos
De muchacho me aburría.
La historia es otra hoy en día
Escuchen con atención:
“Por
siaca lleva un condón
si
tu flaca es tentadora”.
“Estos
muchachos de ahora
3.
“Apaga el televisor”,
“Apaga el televisor”,
“Baja
el volumen del radio”
“Ya
vengo, voy al estadio”,
”¿yo
borracho?, ¡no, mi amor!”,
“pide
siempre por favor”
“¿De
nuevo quieres propina?”
“¿Viene
a chismear la vecina?”
“¿Mi
suegra vino a joder?”
“La
casa es pa’ la mujer,
“Los
hombres son de la esquina”.
4.
“Tu
oreja parece un nido”,
“Levántate
que ya es tarde”,
“un
hombre nunca hace alarde
“Siempre
he sido un buen marido,
hogareño
y responsable”,
“No
tengo plata pal’ cable”.
“nunca
engañé a tu mamá”,
“que
me parta un rayo ya
Si
miento o si soy culpable…”
5.
“¿Vas
al cine? di con quién”;
“¿Tu
amigo estudia o trabaja?”
“Ponte
una falda más baja”,
“Eso
no es blusa, es sostén”.
“Se
paga el mal con un bien”.
“Hay
que perdonar a veces”
“¿Tú
crees que a mí me meces?”
“El
trabajo da salud”;
“Yo
soy más viejo que tú,
lo demás son cojudeces"
6.
“Tú
todo lo ves propina”.
“Fíjate
con quién te metes”
“Los
hombres no usan aretes”,
“Qué
rica está la vecina”
“¿Eso
es música o bocina?”.
“El
futbol de hoy no existe”
“¿Así
se visten ahora?”
“Sólo
las mujeres lloran”.
“Es
una orden, ¿oiste?”
7.
“Hija,
comprende a tu hermano,
consíguele
alguna flaca
pa’
que no se haga la vaca
y dé
reposo a su mano”.
“Siempre
acuéstense temprano
y aprovechen la mañana”.
“Hijo,
vigila a tu hermana,
márcalo
al gil con recelo,
no
quiero que me haga abuelo
de
la noche a la mañana”.
8.
jamás
yo pedí propina,
a lo
mucho era una china
cuando
al abuelo ayudaba”.
“Siempre
me la rebuscaba
pa’
comprar mi pan con pollo”.
“Nunca
me gustó el embrollo,
no iba
a polladas ni al cine...”
—ya,
viejo, ya no alucines,
Ya
me contaste ese rollo.
Cuando alguien describe con tanta facilidad y y en criollo cristiano, nada mas no cabe que felicitarle. Lo bueno es que en sus letras se combinan las nuestras y surgen de maravilla anécdotas y recuerdos. Nuestra admiración a Manuel Aranibar Luna.
ResponderEliminarGracias, Maestro José Carlos, porque todo lo que aprendimos viene de ustedes. ¡Un abrazo de gol olímpico!.
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